El costo de mantener relaciones agridulces: por qué alejarse es la mejor opción

Por Haguit Zahava

En la vida, nos encontramos rodeados de todo tipo de personas. Algunas son dulces, amables y llenas de energía positiva, mientras que otras pueden ser tóxicas, negativas e incluso agridulces. Estas últimas suelen ser difíciles de identificar, ya que su compañía no suele ser mala, pero tampoco es buena. Son indecisos, inseguros y no aportan nada positivo a nuestras vidas.

Recuerdo cuando era niña, solía ir a un restaurante de comida china que preparaba el mejor pollo agridulce del pueblo. Era delicioso, pero después de comer varios pedazos, empezaba a empalagar. No estaba segura si era por lo dulce o lo agrio, pero sabía que no podía seguir comiendo. De la misma manera, sucede cuando nos rodeamos de personas agridulces. Su compañía no es tan mala, pero tampoco es muy buena. Y lo mejor que podemos hacer es alejarnos, porque no existen medios exitosos. Es positivo o negativo, frío o caliente, todo o nada.

Permanecer con personas indecisas e inseguras es como quedarse a mitad del camino, condenado al fracaso. Sus atmósferas están contaminadas y con solo una gota de toxina en tu entorno, es suficiente para ahondar en tus emociones y enfermar tu alma. Ellos te dirán: “tú puedes”, pero siempre habrá un “pero”. Es necesario alejarnos de estas personas y dejar atrás su toxicidad.

Hay personas que no terminan por soltar aquello que les hace daño, arrastrando a sus luchas internas. La amistad en esta época está en boca de todos, pero en el corazón de solo unos pocos. Si te necesitan, te llaman amigo, pero cuando ya no saben qué hacer contigo, eres su enemigo. No siempre retirarse es rendirse, cambiar no es hipocresía, y deshacer no es destruir. Aquello o aquellos que cuesten tu paz, es demasiado caro. Fácilmente puedes encajar con quien sea, pero el alma no sonríe, brilla, ni vibra con cualquiera.

En la vida, tenemos que tomar decisiones constantes y conscientes que nos lleven a buenos resultados. Alejarnos de lo que nos hace daño es una muestra de amor propio y respeto a nosotros mismos. Debemos rodearnos de personas positivas, que nos hagan sentir bien y nos motiven a ser mejores. Así que si te encuentras con personas agridulces en tu vida, recuerda que no tienes que soportar su toxicidad. A veces, alejarse es lo mejor que podemos hacer para mantener nuestra felicidad y paz interior.

En mi caso, me alejé de las personas agridulces, pero no del pollo. ¡Ese pollo agridulce seguía siendo mi favorito en el mundo!