Por Ivan Gomez
El amor propio es una idea que se ha promovido durante mucho tiempo como algo importante para la autoestima y el bienestar emocional. Sin embargo, el amor propio falso, también conocido como el EGO, es una enfermedad que afecta a muchas personas en todo el mundo.
El amor propio es una trampa en la que caemos cuando nos creemos superiores o más importantes que los demás. Esto puede llevarnos a comportarnos de manera egocéntrica y poco considerada, y nos aleja tanto de los demás como de nosotros mismos. En lugar de vivir de manera auténtica, nos convertimos en actores que representan papeles que no coinciden con nuestra verdadera personalidad.
En lugar de caer en la trampa del amor propio falso deberíamos a amar a los demás de manera sincera y genuina. Al hacerlo, comenzamos a ver un cambio positivo en nuestras vidas y en las de los demás. El amor verdadero a los demás nos permite ver más allá de nuestros propios intereses y nos abre a un mundo de posibilidades y conexiones profundas.
Amar a los demás es transformador. Nos permite entender sus necesidades y hacer más por ellos, lo que a su vez nos hace sentir más felices y satisfechos. Pero deshacernos del amor propio falso no es fácil, y requiere un esfuerzo consciente. Podemos comenzar por pequeñas acciones cotidianas, como escuchar a los demás, ofrecer ayuda cuando la necesiten y ser más conscientes de nuestras acciones y su impacto en los demás.
Osea, para ser verdaderamente inteligentes, debemos tratar de amar a los demás. Este amor transformador puede cambiar nuestras vidas y las de los demás para mejor, y todo depende de nuestra decisión de tomar acción. Si bien puede ser difícil deshacerse del amor propio falso, debemos hacer un esfuerzo consciente para amar a los demás de manera sincera y genuina. Al hacerlo, podemos construir relaciones más significativas y encontrar la felicidad y la satisfacción que buscamos.